LA RAÍZ DEL FUEGO
Entredormida
sentí sus pasos,
eran suaves,
sigilosos,
él era
una diáfana
claridad
que iluminaba,
él era
un inmenso
contorno de luz
que se anunciaba.
Ícaro
hizo una reverencia
ante mí,
entregándome
sus alas,
depositando
un tibio beso
sobre mis labios,
dejándome encendida
como mil soles
de mil atardeceres,
como el amor,
incomprensible
e inesperado,
pero tan añorado
como cada amanecer
alejando con su nacimiento
la obscuridad
de la temida muerte.
Luego Ícaro
fue retirándose
poco a poco
como una tenue luz
que sutilmente se fue apagando,
partiendo
en forma
de imperceptible brisa,
buscando el viento,
escapando por la ventana.
Pero antes de irse
como voz del viento
Ícaro me habló...
¡Toma!
-me dijo-.
¡Toma mis alas!
"He descubierto
que cuando se quiere volar
no existe el cuerpo
y jamás
te incendiarás
si tu misma
eres
la raíz del fuego,
porque la tierra ha de proteger
tu vuelo
y tu caída,
escondiendo
la sagrada semilla
del amor
celosamente
resguardado
en lo profundo
de tus raíces".
"Si tu quieres volar
emprende el vuelo,
jamás te podrás quemar,
tal vez solo te queden
algunas cicatrices,
no has de temer
al fuego del amor,
es la raíz más pura
que ha de fecundar la vida".
Desde ese día
el verbo Dar,
ha tomado de mi misma
conjugaciones
que me han llevado
hasta el cansancio
tan insegura
como una hoja al viento,
yo he de danzar
entre pretéritos perfectos
buscando tu camino,
yo he de danzar
entre presentes
que están anhelando
tu destino.
El verbo Dar
ha tomado la vid
de mis viñedos,
para saciar
la sed y el hambre
de tus bríos,
incandescente forma
la de mi copa
que entre tus labios
se transforma
en delicioso vino.
Raíz del fuego,
cuando me tomas
entre tus brazos
soy del silencio
un latigazo
marcando
el comienzo primigenio
del laberinto,
donde las pasiones
se han de gestar,
donde las pasiones
pueden gritar
esto que siento,
como la desbocada aurora
preñada
de desnudez
resplandeciente
y exultante,
cuando le llega su hora.
Raíz del fuego,
abismo
en llamaradas,
Ícaro
me ha entregado sus alas
y me ha avisado del peligro,
más por tu boca
yo quiero ser tomada,
más por tu boca
llena de misterios
y espejismos
yo quiero ser amada.
Pues la raíz
jamás se quemará
dentro del fuego,
la tierra la protegerá,
la tierra fecunda
y fresca
reverdecerá
luego
del abrazador
incendio.
"La raíz del fuego
jamás podrá consumirse,
quedará encendida
iluminando el camino
hacia otras vidas,
aunque ya no pueda amarte,
si el tiempo se ha terminado,
si el tiempo se ha robado
mi suerte de poder tenerte
y nos llegará la ausencia
y nos llevará la muerte,
hacia lo profundo de la tierra
hacia donde habita
la raíz del fuego,
materia y origen.
Berkanaluz
D.R.
www.alasrotaspoesia.blogspot.com
www.berkanaluz.wordpress.com
Las imágenes fueron tomadas de internet
https://www.safecreative.org/work/1903260419157
Aria -Vorrei baciarti-
(Me gustaría besarte)
(o Fill)
Madrigal por 2 voces (del Libro 7), SV 123
por Claudio Monteverdi (1567-1643)
Voz -Sara Mingardo- (Contralto)
Voz -Monica Bacelli- (Mezzo soprano)
Concerto Italiano -Rinaldo Alessandrini-
I should like to kiss you
(Me gustaría besarte)
Original
I should like to kiss you, Phyllis, but I do not know where my kiss should first touch, on your lips or your eyes. Let your lips defer to you, heavenly eyes, faithful mirrors of your heart, bright stars of love. Ah, yet I turn to you, pearls and rubies, jewel of beauty, fountain of sweetness, lips, the glory of your face, while tears are born from them, you open your smile to me. - Translation by Kenneth Chalmers
Traducción
ME GUSTARÍA BESARTE
Me gustaría besarte, Phyllis,
pero no se
donde mi beso debe tocar primero,
en tus labios o en tus ojos.
Dejen que sus labios se inclinen hacia ustedes, ojos celestiales.
fieles espejos de tu corazón,
brillantes estrellas de amor.
Ah, sin embargo, me dirijo a ti, perlas y rubíes,
joya de belleza, fuente de dulzura,
Labios, la gloria de tu rostro.
mientras las lágrimas nacen de ellos,
tu me abres tu sonrisa
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