INEXISTENCIA
Si no fuera porque el tiempo
se ha erigido
como barrotes punzantes
hiriendo el otoño mustio,
de rosadas nubes agonizantes,
yo cruzaría estos mares.
Si no fuera porque el tiempo
se ha erigido
y me reclama,
la sed de tus abrazos,
yo llegaría quebrando
la lanza de tu ausencia,
invadiendo
el calor de tu recuerdo,
acariciando
tus manos descarnadas,
tan blancas
como la pálida muerte,
tan húmedas
como el hoyo
del profundo sepulcro,
tan amadas
como una antigua leyenda
que fue transmutando
los siglos,
para poder encontrarnos.
Yo llegaría escuchando
los últimos vestigios,
de los arpegios tristes,
que tocaban en tu alma,
cuando la última campanada
de aquella catedral
tañó
para llevarte.
Y si no fuera,
por el efímero instante
en que gira el viento,
y a mis brazos te trae
convirtiéndome
en una gaviota indomable,
ya me habría ido,
de estos puentes
de eternos silencios,
donde el horizonte se contrae,
y desaparece
en un precipicio insalvable,
y el frío arrecia,
y la sal corroe,
y la tarde cae oblicua
sobre el destino implacable.
Tal vez el sigilo,
el poder percibir
lo que no se muestra,
como la bruma
de un puerto abandonado,
provoca querer tomarme
esta pócima de aguardiente
y extrañas sales,
para poder dormirme,
y en ese profundo sueño
llegar a pisar tu orilla,
donde la memoria
dibujara un portal
en donde por un instante
pudiera abrazarte.
Y me iría en la brisa
para poder besarte,
y me iría en el agua
para poder mojarte,
y me iría a tu recuerdo,
donde el destino
me permitiera amarte.
Y si no fuera porque el tiempo
acusa distancias,
tan fatigadas
como las propias olas,
cansadas ya de buscarte,
amanecería en tus brazos
venciendo el dolor
y la espera,
de no haber podido
jamás encontrarte.
Berkanaluz
D.R.www.alasrotaspoesia.blogspot.com
La imagen fue tomada de internet
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