HERALDO
Como un heraldo llegaste
anunciando impetuosas pasiones,
tortuosos tormentos
reflejaron tu sombra,
anaqueles de silencios,
alambiques de fuegos,
peces escapados
de aguas profundas
habitaron en mis sueños,
dando vida
a mis aguas dormidas,
suspendidas,
apenas aferradas
a un frágil punto
entre la vida
y la muerte.
Tu boca
cual trozo de leña encendida
ardió
como una imaginaria llama
en la pasión de mis labios.
Tu cuerpo
cual océano enfurecido
anegó
hasta el último poro
hasta el último poro
de mi piel entumecida,
quedose
inundada mi alma
inundada mi alma
por el irresistible perfume
de tu sutil
y poético simiente,
visitándome
hasta la muerte,
hasta la muerte,
en un sorpresivo
escalofrío incipiente.
Como un heraldo llegaste
transformando
el obscuro mirar
de mis letras,
aquellas que levantaban sepulcros,
hoy se han escapado
buscando tus huellas.
Como un heraldo llegaste
y tu voz como un trueno
todo lo detuvo
paralizando mi sangre
como un antiguo
hechizo encantado.
Como un heraldo llegaste
tejiendo ilusiones,
navegando ríos,
abriste tus brazos
entibiando
mis congelados bríos,
bríos que esperaban la muerte
cansados de letanías ausentes,
bríos que solo escuchaban
las campanas
tañendo la obscuridad
de siglos sin verte.
Como un heraldo llegaste,
como un diapasón
te insinuaste
vibrando en mi alma,
como un heraldo llegaste,
pero te fuiste
como si fueras viento,
como si fueras tormenta
empapando mi alma
como un puñal de aguaceros,
mojando mi alma,
desgarrando mi carne,
bifurcándote
no solo en dos,
sino
expandiéndote
en multitud de caminos
el día que no comprendí
hacia donde te marchaste,
dejando mi pueblo
repleto
de soledades ausentes,
con caminos
yendo
hacia ninguna parte,
olvidados
por su tierra reseca,
exentos de sombra,
con huellas
de sangre y arena
con huellas de pisadas
que ya no te esperan.
Como un heraldo llegaste
pero te fuiste escapando,
como una antigua quimera
que vive más allá del horizonte,
mientras sigo creyendo
que la primavera
traerá nuevamente
la flor del amor,
esa primaria ilusión
de perfumar
mi alma,
con los acordes
de tu sutil canción,
como un heraldo llegaste,
como una herida,
como una cruz,
como primaria ilusión
de anidar por siempre
en un hueco prístino
de tu corazón.
BERKANALUZ
D.R.
www.alasrotaspoesia.blogspot.com
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