ESCRIBIR

ESCRIBIR

Puedo escribir sobre la noche,
entre cuatro paredes
de soledades ausentes,
sin poder ver
ni un tenue resplandor
del destino conjugado.

Puedo escribir sobre la noche,
entre sepulcros
aciagos de olvidos,
y que la noche sea tan obscura
como el dolor más profundo
aquél que desgarra la carne,
sin un grito,
sin un llanto.

Puedo escribir sobre la noche,
aquella que ha perdido
sus lunas,
y solo los espectros deambulan
buscando los palacios,
donde les hirieron de muerte.

Puedo escribir sobre la noche,
sin tinta,
solo la sangre
estrujando el recuerdo,
vomitando el pecado
de un antiguo
pacto de sangre
olvidado.

Puedo escribir sobre la noche,
y cuando las campanadas
de una antigua iglesia abandonada,
toquen las nueve,
toquen las diez
y las once,
quedará tan solo en el tiempo,
una hora,
una hora sin sombra,
ni tan siquiera
una única penumbra,
donde partirá la noche
más solitaria,
más profunda,
como de un tormento de terror
se ha conocido,
partirá la noche
y solo quedará
una atormentada alondra,
que por siempre volará
en una interminable pesadumbre.
Berkanaluz
D.R.
www.berkanaluz.wordpress.com
La imagen fue tomada de internet