PÁJAROS DE FUEGO
https://berkanaluz.wordpress.com/2019/03/15/pajaros-de-fuego/
Tengo mis manos repletas de sepulcros,
huellas de entrañas,
amasijos de tendones
entreverados con ecos de la muerte,
nunca comprendí porque llevo el peso
del dolor del mundo,
llevo las tristezas de las madres
llorando las despedidas de sus hijos,
nunca comprendí porque cargo
con el dolor del agricultor,
<ese dolor>
que siente cercenar su pecho
cuando pierde la cosecha,
<y lo hunde>
en un profundo pozo sin retorno,
sintiendo que la tierra lo ha traicionado,
yo traigo el barro de sus manos
en mi memoria,
mancha mis dedos,
agrieta mis manos,
mezcla mi sangre
con la sangre,
de su tierra y sus raíces.
Tengo mis manos repletas de sepulcros,
nunca comprendí porque llevo
el dolor del abandono,
nunca comprendí porque llevo en mis manos
<la carga de las ausencias>
que nunca tuvieron despedidas,
solo una bala,
solo un estallido.
Llevo en mis manos el dolor de la agonía,
el que se siente
al tener que abandonar
la patria,
el suelo,
la casa,
tengo en mis manos arena,
y luego vacío,
y tengo el dolor de la carne,
el dolor del hambre,
mis manos piden pan
pero no lo consigo,
y tengo en mis manos cal,
de tanto arañar las paredes,
de tanto querer arrancar
las memorias de esas tierras,
las memorias de los ninguno,
de los nadies
<de ellos>
cuando se han ido
hasta de sus propias vidas,
se han ido
de la vida de sus surcos,
de la vida de sus tierras,
de sus ciudades,
y los vemos
en cada rincón del mundo,
como un éxodo que jamás termina,
mis manos quieren consolarlos,
a esos rostros
<de viento y arena>
más cuando intento atraparlos
solo el olvido
me queda enredado
entre las cicatrices de mis dedos,
que se han incendiado
buscando el alarido,
que jamás llega,
porque el dolor del mundo transcurre
en completo silencio,
<solo va dejando sus huellas de sangre en la arena>.
Y escribo,
¡sí, escribo!
y mis manos se convierten en desiertos
buscando un lugar
en esta triste historia del mundo
sin encontrarlo,
un lugar
donde ellos
<los olvidados del mundo>
puedan forjar su identidad,
arrebatada de todo.
Tengo mis manos repletas de sepulcros,
nunca comprendí
el dolor intermitente de mis huesos,
las falanges de mis dedos parecen retorcerse
recordando un antiguo dolor
sin acervo,
solo lo pude comprender
un día
al soñarlo,
intenté proteger con mis manos
a todos los niños que sufren en las guerras,
en las hambrunas,
en las enfermedades
que el propio hombre ha de causarles,
<más no pude>
solo pude comprender
que mis manos
están tan repletas de sepulcros,
que ya no puedo disimularlos
ni aunque llevase en mis manos
mil ramos de rosas,
¡no!
no lograría comprender
<el dolor>
de tanta injusticia.
¡Escribo, sí!
Lo intento,
pero mis manos solo hablan de muerte,
<de muertes tan atroces>
que mis dedos se han convertido en la voz,
de aquellos que han escrito
con sangre sus destinos.
Paralelos de fuego,
meridianos sin luz,
pueblos enteros
transformados en ruinas,
y el pequeño pájaro ha perdido su trino,
sin bosque se ha quedado,
pájaros de fuego,
máquinas que rugen
han arrancado
<su corazón>,
el corazón sagrado del bosque
sin compasión.
El riachuelo luce siniestro,
solo arrastra
barro y veneno,
y el campesino ha abandonado sus tierras,
y las madres sin niños
y los niños sin madres
ya no quieren rezarle a Dios.
¡Escribo, sí!
Escribo para que mis manos
puedan drenar el dolor de los sepulcros,
aunque al hacerlo
un dolor,
un gran dolor
ha de embargar
sin fulcro
el alma mía,
drenando gota a gota
mi acongojado corazón”.
Berkanaluz
D.R.
www.alasrotaspoesia.blogspot.com
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La imagen fue tomada de internet
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