AUNQUE EL FRÍO ARRECIE
En la triste desnudez,
que habita en el otoño,
el silencio y el frío se han de sentir
como sonidos diáfanos
quebrados en el tiempo del olvido.
En la triste desnudez
preñada por el ulular
del viento descarriado,
el otoño se ha de esconder
sintiéndose empequeñecido.
Hoy por primera vez
sus lágrimas
no han de mezclarse con la lluvia,
hoy por primera vez el otoño,
encuentra un sentido a su existencia,
aunque saberlo le desgarre el alma,
y lo llene de una soledad perenne,
porque él percibe que sus hojas
poco a poco le abandonan,
en un camino
que ha de ir borrando
sus huellas,
en un tiempo
que no ha de atesorar recuerdos,
en un lugar
donde no ha de existir la memoria.
En la triste desnudez
que habita en el otoño,
los pájaros se han ido,
ya no se oyen las risas de los niños,
invadiendo los parques,
y sus hojas,
las hojas de los árboles,
caen por tierra,
sabiendo en lo profundo de su impronta,
que desde su nacer,
prendidas de sus ramas,
han de morir un poco cada día,
y van cayendo ante la mirada atónita
del entristecido otoño.
Van cayendo para un día
volver a renacer,
siendo el alimento,de ese sublime árbol,
que les ha otorgado
la vida.
En la triste desnudez
que habita en el otoño,
él lo comprende
que nacer,
morir,
para luego renacer,
es el porqué de que él,
esté siempre presente,
sin importar cuanto
ha de desnudarse su alma,
aunque el frío arrecie.
El otoño ya no ha de llorar
sus lágrimas de lluvia,
aunque el frío arrecie,
el otoño aún sigue entristecido,
pero ya no ha de llorar
sus lágrimas
por las hojas secas
que han partido.
(Berkanaluz)
D.R.
www.alasrotaspoesia.blogspot.com
La imagen fue tomada de internet
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