POESÍA
SIN RUMBO
De pronto me descubrí
admirando el cielo,
y la palabra tuvo otro significado
para mi,
imagine el espejo
donde habrían de reflejarse
el exilio de las consonantes,
que surcarían las aguas,
sin rumbo y sin destino,
al no poder dejar de navegar,
al no poder llegar jamás
a aposentarse
en las lejanas
tierras de Ítaka.
admirando el cielo,
y la palabra tuvo otro significado
para mi,
imagine el espejo
donde habrían de reflejarse
el exilio de las consonantes,
que surcarían las aguas,
sin rumbo y sin destino,
al no poder dejar de navegar,
al no poder llegar jamás
a aposentarse
en las lejanas
tierras de Ítaka.
Quién sabe porque hay tantas letras,
ausentes de palabras
que no encuentran su puerto,
que no encuentran su ruta,
quizás porque persiguen utopías,
confundiendo su rumbo,
y viajan sin bitácoras,
ni proas,
ni siquiera un mástil,
para aferrar su vela,
quizás han de viajar
en botes de precarias esperanzas.
ausentes de palabras
que no encuentran su puerto,
que no encuentran su ruta,
quizás porque persiguen utopías,
confundiendo su rumbo,
y viajan sin bitácoras,
ni proas,
ni siquiera un mástil,
para aferrar su vela,
quizás han de viajar
en botes de precarias esperanzas.
¡Ay si esas letras
tuvieran la certeza de los pájaros!
¡Y si en vez de navegar volaran!
Hacia un horizonte de luz,
¡pero no!
ellas han de cargar
el peso de la espada
y el dolor de la cruz,
condenadas
a combatir las tinieblas.
tuvieran la certeza de los pájaros!
¡Y si en vez de navegar volaran!
Hacia un horizonte de luz,
¡pero no!
ellas han de cargar
el peso de la espada
y el dolor de la cruz,
condenadas
a combatir las tinieblas.
Las letras
no son como los pájaros
que han de volar en bandadas,
sin horizontes y sin puertos,
pero sabiendo bien donde llegar.
no son como los pájaros
que han de volar en bandadas,
sin horizontes y sin puertos,
pero sabiendo bien donde llegar.
Las aves surcan los mares,
no temen la tempestad
ni la obscuridad
de la noche reinante,
no temen al abismo del mar,
ni a las alturas
inconmensurables de los cielos.
no temen la tempestad
ni la obscuridad
de la noche reinante,
no temen al abismo del mar,
ni a las alturas
inconmensurables de los cielos.
Solo saben que deben llegar,
a ese lugar,
desde donde son llamadas,
sin miedo a abandonar el vuelo
en pleno cielo,
sin miedo de abandonar
la libertad sublime
si las llegase a atrapar
la muerte itinerante.
a ese lugar,
desde donde son llamadas,
sin miedo a abandonar el vuelo
en pleno cielo,
sin miedo de abandonar
la libertad sublime
si las llegase a atrapar
la muerte itinerante.
"El vuelo del ave,
no ha de temer,
cruzar los cielos
ni el ancho océano,
porque sin sonido,
el viento ha de guiarles,
dejándolas soñar,
con el eterno vuelo,
que ellas suelen añorar".
no ha de temer,
cruzar los cielos
ni el ancho océano,
porque sin sonido,
el viento ha de guiarles,
dejándolas soñar,
con el eterno vuelo,
que ellas suelen añorar".
En cambio las palabras
jamás podrán encontrar,
un puerto para su condena,
y no podrán vencer,
las luces de la hoguera
y en vez de cruzar el ancho mar,
se quedan a la vera,
han de temer las llamas
de una quimera,
alimentada por el fuego
del miedo inexistente,
jamás aprenderán
a conjugar
en su oración
el verbo ser,
en el presente,
de la palabra primavera.
Berkanaluz
D.R.
www.alasrotaspoesia.blogspot.com
La imagen fue tomada de internet
jamás podrán encontrar,
un puerto para su condena,
y no podrán vencer,
las luces de la hoguera
y en vez de cruzar el ancho mar,
se quedan a la vera,
han de temer las llamas
de una quimera,
alimentada por el fuego
del miedo inexistente,
jamás aprenderán
a conjugar
en su oración
el verbo ser,
en el presente,
de la palabra primavera.
Berkanaluz
D.R.
www.alasrotaspoesia.blogspot.com
La imagen fue tomada de internet
No hay comentarios:
Publicar un comentario