Hubo un día en que los sueños se convirtieron en cenizas y
vagaron cabalgando asidos de los vientos, pienso que
intentaron alcanzar el bosque, para tener un lugar donde
ocultarse, los sueños no se habían percatado de que ya no
existían, que se habían vuelto polvo, pero nadie ni nada
quería esa bruma que viajaba con el viento, aún pulverizada
tenía todo el dolor de la ausencia, ni los árboles, ni las
plantas, querían ser tocadas por esos sueños muertos,
temían ahogarse del dolor, y solo les quedó a las cenizas
ocultarse en lo profundo de la tierra, donde se han dormido
en la obscuridad, en el frío y el silencio, ante la eterna
indiferencia de quién los había condenado vilmente a la
muerte.
Berkanaluz
D.R.
La i
magen fue tomada de internet
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